Quizás esté tratando de emular con sus artículos a Perez Reverte, incluso el título de esta nueva sección recuerde a ello, pero nada más lejos de la realidad, de intentarlo no sería más que una versión low cost. Este nuevo formato que se estrena responde más bien a la necesidad de reflexionar en voz alta sobre cualquier clase de soplapollez que se me venga a la cabeza. Que alguien lo acabe leyendo no es más que un daño colateral de los mismos. Así que sin mayores preámbulos haya vamos:
"¿Alguien ha estado alguna vez en alguna tienda de Stradivarius dónde no parezca se ha roto un camión de colonia? Quizás ha mucho esto le parezca una gilipollez, ¿pero nunca os lo habéis planteado? Habitualmente no suelo entrar en esta clase de tienda por motus propio, pero cuando no me queda más remedio que acompañar a mi esposa, me planteó en la tortura que tiene que suponer para lxs trabajadorxs trabajar en estas condiciones, todo el día respirando esa colonia que a mi personalmente me hace estornudar nada más entrar en el establecimiento...
Embriagado por el oler a garrafón de colonia tengo la impresión de que los maniquís de la tienda se mueven. Tras comprobar que no es una alucinación etílica, me doy cuenta de que son lxs dependientes, o por llamarlos de mejor manera, publicidad en movimiento. Ellas tan delgadas, tan monas. Ellos tan fuertes, altos, sofisticados. O vas bien preparados mentalmente, o tras mirarte en uno de los espejos, te hundes moralmente. Doy fe de ellos, he visto a hombres echarse a llorar en los probadores...
Y la culpa de todo esto la tienes tu. Si no me mires con esa cara. Los culpables somos todos, me incluyo yo. Nos dejamos avasallar por las modas. No creas que eliges tu, son los que se forran a tu costa quienes deciden por ti lo que te vas a poner, lo que vas a oír, e incluso lo que te vas poner...
Por eso cuando entres en una de estas tiendas, piensa que quizás lo menos preocupante sea el olor a colonia. Por cierto, ¿alguien dio con el muerto que hay en cada tienda de CyA?
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