Si de algo sabemos los
cuñados, es absolutamente de todo, por eso no nos tiembla el pulso, cuando tras
un par de cañas y una ronda de tapas, nos atrevemos hablar sobre Historia, pero
en esta ocasión del Arte. Para esta primera experiencia hemos querido hablaros
de Pedro Pablo Rubens.
Si algo tenemos claro de
este pintor flamenco, y cuando nos referimos a flamenco no queremos decir
nonaino, es que su mayor obsesión era sin duda las mujeres entraditas en carne.
Bien es cierto que pintó retratos a gente importante, pero quizás de lo más
celebre y reconocido por el gran público son “Las Gracias”. Se ve que el
muchacho estaba obsesionado con las “jamonas” y que en su mente salidorra se
las imaginó bailando, en lugar de en la discoteca en el campo, y en lugar de
vestidas con trajes ceñidos, directamente desnudas, pero oye, como decía que
era mitología nadie lo miró con un pervertido.
En resumidas cuentas, el
análisis de la obra de Rubens, no hay que valorarlo por el uso del dibujo ni
los colores, más bien decir que Pedro Pablo era un calentorro que pintaba
cuadros guarros para otros pervertidos de la nobleza que solían comprárselo
para hacerse gayolas a su costa…
¿Quién dijo que el arte
era difícil de entender?
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