A quienes pensaron que cuando murieron Dickens o Dumas había muerto la novela folletinesca, espero nadie malverse este nombre por no entender su signficado, especialmente la de aventura, no sabían que pasado los siglos un autor español, o más concretamente de Sanlucar de Barrameda, casi paisano mío, iba ser capaz de escribir una trilogía de estilo victoriano, porque no hay que ser inglés para escribirlo, donde se mezcla realidad y fantasía de manera magistral dandonos la visión de un mundo mágico comparable a Ruiz Zafón. Además un lenguaje bello donde los lectores disfrutan a parte iguales del estilo y la historia.
Aunque hoy día sea conocido internacionalmente, ya que su obra ha sido traducida a varios idiomas, sus comienzos están más relacionado con el cuento, publicó cuatro libros de relato casi de manera consecutivas donde se destaca la influencia de Cortázar, y de la que destacamos entre otras "Los arácnidos". Cuenta con otras novelas aparte de las conocidas "El Mapa del Tiempo" y "El Mapa de Cielo" entre las que cabe destacar "Las corrientes oceánicas" que cuenta con el premio Luis Berenguer 2005.
Dejaré de hablar que lean la amena entrevista que nos ha concedido de manera amable Felix:
1.-¿Cómo nace la necesidad de escribir?
Empecé a escribir porque era
el único modo que tenía a mi alcance de contar una historia, y podría decirse
que quise contar historias desde que tengo uso de razón. Recuerdo que cuando
veía una película, estaba más atento a las reacciones de mis hermanos o mis
padres que a la película en sí. Supe entonces que yo quería despertar esas
reacciones en los demás, que nada me haría más feliz en la vida que emocionar a
alguien con una historia inventada por mí: hacerle reír, llorar, temblar,
suspirar, reflexionar, tal vez enamorarse. Sin embargo, yo no tenía ninguna
relación con el cine, ni dibujaba lo suficientemente bien cómo para narrar mis
historias en viñetas, pero en mi casa había una máquina de escribir y entonces
comprendí que las palabras era el material del que yo disponía para contar las
historias que pululaban en mi cabeza. Eso, paradojicamente, me llevó a leer.
2.-Sabemos de sus inicios en los cuentos, ¿Cuáles son las
posibilidades que da un cuento que no se da en la novela?
Para mí, la principal ventaja del cuento frente a la novela es que
un cuento es algo infinitamente más fácil de manejar y controlar que una novela
por su diferencia de extensión. Además, su ejecución exige mucho menos tiempo,
obviamente, con lo cual si te sale un cuento fallido, como mucho habrás
malgastado un mes de tu vida. En cuanto a sus posibilidades, el relato te
permite, por ejemplo, emplear registros narrativos que quizás en una novela
resultarían cargantes para el lector. También te permite jugártelo todo a su
desenlace, mientras que en la novela el nudo es mucho más importante, ya que de
algún modo eso es lo que el lector “lee”. Por último, el relato acepta mucho
mejor la cadencia y temperatura del poema, mientras que una novela escrita en
un registro lírico es mucho más difícil de sostener.
3.-¿Se puede vivir de la escritura?
Es bastante complicado, y más ahora. En
España hay muy pocos escritores profesionales, es decir, que vivan únicamente
de sus libros. Cuando empecé a publicar, allá por el 98, como la gran mayoría,
yo vivía de eso que llaman los aledaños de la literatura: artículos, talleres,
charlas y sobre todos certámenes literarios. Me convertí en un gran experto en
esto último. A raíz del éxito de mi Trilogía Victoriana sí puedo vivir
exclusivamente de mis libros, pero en gran medida es gracias a los derechos del
extranjero. Y han tenido que pasar casi diez años para que tal milagro se
produzca y no siempre ocurre, por lo que me considero un privilegiado.
4.-Centrándonos en su trilogía, ¿cómo nace la idea?
Surgió por casualidad. Tras releer
La máquina del tiempo, que tanto me
había gustado de niño, me pregunté que habrían sentido los lectores
contemporáneos de Wells, dado que vivían en una época donde la ciencia había
alcanzado un progreso tan espectacular, sembrando el mundo de maravillas, que
parecía poder hacer realidad lo imposible. Y me los imaginé cerrando su novela
con la convicción de que los inventores no tardarían demasiado en hacer
realidad aquella máquina capaz de moverse por el tiempo como si se tratara de
una dimensión espacial más. Me los imaginé pensando ilusionados que en cuestión
de meses podrían viajar al pasado o al futuro en un vehículo a vapor, y también
me imaginé al propio Wells dudando ante la entrada de una agencia de viajes que
ofreciera viajes al futuro. ¿Y qué haría? Era una imagen tan poderosa que
decidí escribir una novela partiendo de ella. Y cuando acabé El mapa del
tiempo, se me ocurrió otra imagen igual de poderosa: un agente de policía
acudiendo a casa de Wells porque en los alrededores de Londres había caído un
cilindro marciano, justo como él había escrito en otra de sus novelas, La
guerra de los mundos. Y ese es el arranque de la segunda parte, El mapa del
cielo. Para la tercera, me reservé otra imagen relacionada con su novela El
hombre invisible.
5.-¿Piensa que el género fantástico empieza a cobrar nuevamente
fuerza tras estar denostado?
Supongo que te refieres a nuestro país, ya que en el resto del
mundo creo que goza de buena salud. En España se producen de vez en cuando
algunos repuntes al coincidir en los escaparates cuatro o cinco obras de género
fantástico, pero eso no suele cambiar nada, pues por desgracia el lector español
medio es bastante reacio a leer novelas de ciencia ficción. Aunque son
prejuicios más hacia las etiquetas que hacia su temática, creo yo. Si la saga
Crepúsculo se hubiera publicado en Minotauro, por ejemplo, y no en Alfaguara,
no habría tenido ni la mitad de lectores. El caso de Canción de Hielo y Fuego
es bastante esclarecedor, ya que ha ido ganando lectores ajenos al género a
raíz de la serie de televisión. Hasta entonces sus lectores eran casi todos
adictos al género.
6.-¿Cuál ha sido la parte del Mapa del Cielo que más quebradero de
cabeza le ha traído?
Escribirla sin desvelar nada de las sorpresas que contiene la
primera parte. Decidí hacerlo así en deferencia a los lectores que se acercaran
a la trilogía comenzando por la segunda.
7.-Hay quienes engloban su trilogía en el subgénero del steampunk
¿piensa que es correcta?
Me
gusta que lo hagan, ya que es un género que me atrae mucho, pero creo que la
trilogía es difícil de clasificar en un género concreto, pues no pertenece
estrictamente a ninguno: ni es ciencia ficción, ni fantasía, ni novela
detectivesca, y tampoco creo que sea steampunk, si nos ceñimos a su definición
oficial, es decir, un futuro alternativo regido por la ciencia a vapor. Lo que
ocurre es que hoy en día gran parte de las novelas que suceden en la época
victoriana pueden encuadrarse dentro del steampunk porque comparte una estética
similar, y eso ha beneficiado a mi novela, qué duda cabe, aunque te confieso
que mi intención no fue escribir una novela steampunk, ni tampoco jugar a
demoler las fronteras de los géneros. Yo tenía una trama en mi cabeza, y la fui
desarrollando lo mejor que pude, sin ser consciente del género en el que se
encuadraría el resultado final.
8.-El tema de los viajes temporales ¿no pueden llegar a crear
cierta confusión en los lectores?
Soy consciente de ello. Los viajes en el tiempo, con sus saltos y
paradojas, es uno de los asuntos más complicados de la ciencia ficción, por eso
puse todo mi empeño en explicarlo de la manera más sencilla que pude, sabiendo
que mi novela no iba dirigida al lector especializado en este subgénero.
9.-¿Qué podemos esperar de la nueva entrega de la trilogía?
La trama de la
tercera entrega girará en torno a El hombre invisible de Wells. En cuanto al
escritor invitado, será Arthur Conan Doyle, que tendrá un papel crucial en la
historia. Te puedo adelantar también que transcurrirá dos años después de El
mapa del cielo, que tendrá que ver con el mundo del espiritismo y volveremos a
encontrarnos con algunos de los personajes de El mapa del tiempo.
10.-¿Podría
dedicar unas palabras de aliento a este blog?
Naturalmente.
Por experiencia sé el tiempo y dedicación que exige un blog, así que os mando
mucho ánimo y os deseo una larga vida. También os mando una gran felicitación
por haber alcanzado las 30.000 visitas. ¡Ahora hasta el infinito y más allá!
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