Quizás a muchos no les suene de nada el nombre de Mateo-Sagasta, así a bote pronto, pero quizás si les digo que el creador del investigador más conocido del siglo de oro, como es Isidoro Montemayor, la cosa cambia. Camino de acabar una saga sobre este entrañable personaje, el autor ha tenido a bien atendernos para ser entrevistado. En esta entrevista nos aclara con la sencillez que le caracteriza todos los vericuetos relacionados con su obra, así como su estilo a la hora de crear. Todo una declaración de intenciones que ayudará a muchos a comprender mejor su obra. Sin más demora os dejo con la entrevista:
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¿Cómo nació su pasión por la literatura?
Es
una vocación tardía, yo empecé a escribir con treinta y ocho o
treinta y nueve años, y ni siquiera tenía claro qué pretendía
hacer.
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¿De dónde surgió la idea de crear “Ladrones de tinta”?
Cuando
terminé mi primera novela, “El olor de las especias”, emprendí
una relectura crítica de grandes clásicos y quedé deslumbrado
tanto por el Quijote como por el mundo que lo rodeaba. Me enfrenté
entonces por primera vez con el Quijote de Avellaneda y fui
consciente del valor de su misterio, arrumbado hasta ese momento en
ambientes académicos.
-
Podría hablarnos de paso cómo surgió el título.
Fue
un regalo del gran escritor e ilustrador Fernando Marañón. Es el
título original de un cuadro que representa a un grupo de autores
hispano americanos y españoles vestidos con mallas negras que pintó
con motivo de un congreso que se celebró en Casa de América. Cuento
la historia en el prólogo de la novela un poco ficcionada, porque no
hay que olvidar que yo figuro como editor y que el narrador es
Isidoro Montemayor.
Es
más exigente en cuanto a preparación, pero no se debe olvidar que
la documentación es sólo el marco de la novela y que ésta debe
funcionar por los personajes y el desarrollo del drama humano que
aborda.
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¿Cuántos meses de documentación implicó esta novela?
Es
difícil contabilizar tiempo sólo de documentación, pero les puedo
decir que el proceso total fue de tres años y medio.
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¿No resulta peligroso crear ficción con personajes reales?
En
absoluto, todo personaje real en cuanto es estudiado, comprendido y
explicado por un autor, se convierte en ficción. Y esto vale tanto
para novelistas como para historiadores.
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¿A cuál de los autores que aparecen en la novela le cogió más
cariño? ¿Y a cuál menos?
Al
que más, creo que a Andrés de Almansa y Mendoza; le debo una
disculpa, con él fui un poco cruel, el pobre si se viera no se
reconocería en absoluto. Y al que menos quizá a Góngora; todo lo
que leía de él o sobre él me parecía que tenía un hálito de
tristeza contagiosa.
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¿Podría adelantarnos algo acerca de su próximo proyecto?
Después
de “Ladrones de tinta” y “El gabinete de las maravillas”
Grijalbo acaba de publicar en España “El reino de los hombres sin
amor”, la tercera entrega de las aventuras y desventuras de Isidoro
Montemayor, con la que creo cerrar el caleidoscopio que quería
escribir sobre la España de principios del siglo XVII. Y el mes
próximo salen los tres en Argentina, así que por ahora estaré
entretenido dándolos a conocer.
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¿Podría dedicar unas palabras para los lectores de El Vendedor de
Humos?
¿Qué
más puedo decir? Que os fiéis de vuestro blog favorito y os animéis
a leer “Ladrones de tinta”. Además, para los profesores de
literatura o los simples aficionados, la nueva edición de DEBOLSILLO
incorpora al final del libro un código QR que da acceso a una Guía
de Lectura que incorpora muchos datos y materiales sobre la época,
el libro y el Siglo de Oro en general. También se puede acceder a la
Guía directamente a través de la página de MEGUSTALEER de Random
House, en los “extras” de la ficha del libro, o en mi página web
www.alfonsomateosagasta.es.
Y
nada más. Buena lectura, y si tenéis alguna duda siempre me tenéis
a vuestra disposición. Un abrazo y gracias por todo.
Alfonso.
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