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jueves, 27 de noviembre de 2014

Sois unos personajes...


Cuando nos paramos a pensar en nuestras vidas, quienes sean capaces de pensar claro está, creemos que solo somos un punto más dentro de una multitud. Son solo unos pocos quienes destacan, quienes llaman la atención, quienes atraen nuestras atención...una minoría de personajes se llevan la relevancia de las masas, ya sea por cuestiones deportivas, políticas, o otros aspectos de este vida. Creemos que nosotros jamás gozaremos de ese nivel, que jamás seremos uno de esos personajes...
¿Pero me creerían si os digo que cualquier de vosotros puede ser un personaje? Habrá quienes hayan arqueado la ceja, o simplemente esta linea la han dejado de leer para no perder el tiempo. Cuando hablo de convertirse en un personaje no es para hablaros de la moralina barata tipo Paulo Cohelo donde se aboga por hablar de cada persona es el personaje de su propia vida, el actuar fundamental, pero cuando yo me refiero a convertirse en un personaje a serlo literariamente. 
Burlaros todo cuanto queráis, pero para ser un personaje de un libro no es necesario ser ni un follador  atractivo y degenerado como "50 Sombras de Grey" ni ser un catedrático experto en simbología a lo Robert Langdom, para ser un personaje simplemente basta con existir. Cuando los escritores crean sus obras, se basan en su imaginación, pero la imaginación no es más que un cúmulo de ideas basadas en la experiencia, y esa experiencia es la que crea a los habitantes de una novela. Un escritor se basa en la gente que conoce, en la gente de su alrededor, en su sociedad, para dar vida a sus criaturas. Un personaje importante puede contener el carácter del vecino del escritor, la historia vital de su primo, y la descripción física de un día de un señor que se cruzó por la calle.
Por eso debes tratar con afabilidad a cualquiera que se dedique al arte de escribir, si no quieres aparecer en su próximo libro dando una imagen. Como ves cualquiera podemos ser un personaje, es más, vosotros sois unos personajes.
Y no olvides:
¡Ten cuidado! Soy escritor y puedes terminar en mi próximo libro.

martes, 18 de noviembre de 2014

Recordando lecturas



Entre los blogger del mundo, quizás sea yo el más descastados de todos, pero han surgido mil peripecias antes de que yo pudiese escribir una nueva entrada (falta de inspiración, y sobre todo un teclado del ordenador que había optado por desertar, o al menos algunas de sus letras), sin embargo aquí, estoy tanto para los que me quieren leer, como para los que se frotaban las manos con mi deserción, así soy de cansino...
Pero no he venido hablaros de mis avatares, sino porque hoy echando la vista atrás, y tras una charla sobre literatura fantástica, he recordado mis lecturas de cuando era adolescente. Puedo decir con orgullo que aprendí amar la fantasía a través de Dragonlance, tanto por el juego de rol, con el que me inicié en el mundo friki, como con sus libros. Habrá quienes me critiquen por elogiar una literatura con un lenguaje muy básico, o más corto que un suspiro, por su idea comercial de la literatura (cuando en mitad de un libro te hacían referencia a otro de la saga para completar la historia), etc. 
No niego las deficiencias de la saga, pero libros más elaborados no me dejaron jamás esa impronta. Aún a fecha de hoy puedo decir la mayor parte de los personajes que en ella aparecían, así como sus principales carasterísticas personales: Tanis, el semielfo, traumatizado y indeciso entre dos amores, el de Kitiara, la mercenaria, y la dulce Laurana, o otros más épicos como el honorable caballero Sturm, o el siempre entrañable kender cleptómano Taslehof...No soy los libros me dieron buenos ratos, aún puedo recordar las partidas de horas de las tardes de otoño en un local al que proclamamos "El último Hogar"...



De nada sirve hablaros de mi experiencia, porque cada cual tiene la suya personal, sino conlleva una reflexión, aunque no sea yo la voz más docta...Personalmente creo que el sistema educativo está mal planteado, (lo he repetido en más de una ocasión aquí), al tratar de obligar a la lectura de los clásicos a la gente joven. Pienso que el primer reto que debe lograr los profesores es crear el hábito de leer a sus alumnos. No se puede buscar la excelencia en la lectura si antes no hemos pasado por algo más sencillo, y sobre todo que nos guste. Debemos de animar a la lectura, sin importar cual, solo cuando la persona ha adquirido el hábito puede lanzarse a otras lecturas de mayor envergadura, pero  leer obras a disgusto solo los aparta de la lectura. No todo el mundo puede leer Kafka a los diecisiete años como yo hice...pero yo soy una excepción, un pedante emperdino...XD