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viernes, 11 de marzo de 2011

Cambio de tercio

La periodicidad de este blog es una entelequia difícil de llevar a cabo, básicamente porque si, en muchas ocasiones los silencios dicen mucho más que decenas de palabras apiladas en un post, o bien porque no hay nada que decir, o más bien no se me apetece remover la basura social que es de lo últimamente me he dedicado hablar, así que en este ocasión, sin que tenga que servir de precedentes, voy a cambiar de tercio, para hablaros quizás de un tema mucho más banal y vacío, pero del que sin embargo me apetece hablaros, y no es otro que de mi motivación de mi literatura. Quizás en este punto no te importe una mierda lo que tenga que decir, pero si te aburres y me lo permites te contaré:
Para comenzar mi motivación para escribir no se queda en el mero hecho de acuñar fama, ni dinero, ni nada por el estilo (a la vista está que por la cantidad de descargas y la gratuidad de estas no he logrado acercarme ni lo más mínimo a estos objetivos), sino por un anhelo creador que no puedo controlar. Hay quienes tienen la necesidad de fumar, bailar, follar, o vete tu a saber pues yo la tengo de escribir.
¿Y mucho os preguntaréis de donde procede esa necesidad? Yo os responderé. Hay un impulsos como los tics nerviosos que son irremediables, que no se pueden controlar, y en estos tics entra la literatura, aunque no es simplemente eso lo que me lleva a crear. En una sociedad cargada de acomodo, el crear un producto propio puede resultar un acto de rebeldía. Si aunque no lo creáis escribir (o crear en definitiva) es un hecho insurgente, ya que necesita de pensar, confeccionar, construir, decidir, y un largo etcetera que no interesa para nada a las altas esferas, que solo esperan que te dediques a empoltronarte en tu sillón a la espera de que te lo den todo hecho: el fútbol, el cine, los libros, las decisiones política, en definitiva tu vida...
Luego otra de las decisiones que me lleva a escribir es tal vez, es crear un mundo paralelo donde poder huir toda la mierda de la sociedad que me rodea, pues aunque en mucho de mis libros hay un fuerte matiz político, también en casi todos ellos, hay un fuerte cariz de literatura fantástica, que me dan la opción de imaginar un mundo más perfecto y menos monótono. Quizás cosas como esas sean me hagan ser un tanto menos pesimista, y tener un punto de esperanza en la mirada.
Quizás nunca llegue a nada con lo que escribo, pero yo se que es algo que me ayuda a vivir, aunque debo de decir que desde que un ángel ha aparecido en mi vida, el optimismo se renueva, y me ayuda a luchar con más rabia y furia, pero con una sonrisa, por aquello que mis ideales anhela, porque aunque no lo creáis:
LOS SUEÑOS TIENEN ESENCIA DE ÁNGEL

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