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sábado, 11 de marzo de 2017

Got talent inquisitorial (Historia desde la barra de un bar)


No sé si alguna vez os hemos dicho que a los cuñados nos gusta mucho la televisión, (sobre todo programas como el de Bertín Osborne), por eso pensamos que para hablar de la Inquisición lo mejor es compararlo con un programa que todo conocéis, al menos su formato, hablamos ni más ni menos que de Got Talent, ese programa donde la gente con habilidades especiales pasan de ronda si le gusta al jurado. 
Durante la Inquisición el proceso de selección era básicamente el mismo: bichos raros de la sociedad que parecían tener dones especiales, pero a diferencia del programa de televisión, para pasar a la siguiente ronda, ir a los calabozos inquisitoriales, tu habilidad no debía de gustar al jurado. Un jurado compuesto por gente mucho más chunga que Risto Mejide, lejos de minar la moral del participante, los adosaba al potro de tortura y otras delicatesen inventadas para tal fin.
Además, no era tu quien escribía para participar, podía ser un vecino, un familiar, o cualquier persona que te tuviera algo de tirria. Daba exactamente igual si carecías de habilidad, (como en dichos programas), te recibía con los brazos abiertos gente como Torquemada.
Y lo peor de todo era el premio, lejos de recompensa económica, podías acabar quemado delante de toda tu ciudad o pueblo. Pero visto desde otra perspectiva al menos te hacías famoso por unos minutos...como en el programa de televisión...

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