He dejado pasar un tiempo
hasta que he tenido un tema sobre el que me apetecía hablar en esta sección de
Patente de Eskorzo, y en este caso el tema lo merecía: las relecturas. En el
último mes lejos de apetecerme leer algo nuevo me apetecía releer algunos
libros. ¿Y diréis que tiene eso de especial? Realmente nada, pero personalmente
creo que en ocasiones es necesario. Cuando releo un libro no lo hago con
intención de sentir las mismas sensaciones que tuve en su momento, eso sería un
error, más en el caso de libros que no me terminaron de convencer, sino con la
expectativa de descubrir un nuevo mensaje, detalles que dejé pasar. Me debéis
de reconocer que un libro no siempre es el mismo, dependiendo del momento en
que te lo leas lograrás una sensación u otra.
Y a raíz de esta
reflexión pienso que las relecturas son necesarias. No sólo en el ámbito de los
libros, también en otras circunstancias de nuestras vidas. Aquel problema que
tanto nos agobió en nuestro trabajo quizás no sea tan grave si se hace una
relectura pausada de la misma buscando un nuevo prisma, por poner un ejemplo.
Tampoco nos viene mal hacer una relectura de hechos de nuestras vidas, no con
intención de remover pesares y tristezas, sino con intención de mirarlos desde
una nueva perspectiva que nos ayude a mejorar nuestro futuro.
Las relecturas son
necesarias, y quizás debamos de exigirlas a la clase política para que no sigan
cometiendo los mismos errores, porque la Historia como un libro releyéndola
puede parecernos diferente en cada momento…
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