Sin duda las expectativas con el primer libro de la colección Tíndalos de editorial Cerbero eran altas. El primer libro de la colección de terror de esta joven editorial debía de ser impactante, y sin duda lo ha sido, pues Albert Kadmon ha puesto toda la artillería pesada apuntando directamente a los lectores. No le ha sido necesario inventar nada solo usar con maestría elementos que ya existían: primitivos dioses y la ciudad de Barcelona.
Una historia con clara reminiscencia lovecraftiana que hurga en el interior del lector en busca de sus miedos más ocultos a la par que primitivos y que juega con su cordura arrastrándole por un entorno desconocido, oscuro y casi diría onírico de una Barcelona que nada tiene que ver con los panfletos turísticos ni con la visión edulcorada de cierta novela de éxito. Además, las experiencias lisérgicas de sus personajes logran confundir al lector sobre que es real y que es delirio, pues el mayor terror es no ser capaz de discernir qué forma parte de tu mente y qué de la realidad.
Sin duda una historia a la altura, altamente recomendable, en una edición muy cuidada, (como todas las de esta editorial), con una portada que preconiza su lectura y con un precio genial. Quien no lee calidad es porque no quiere.
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