Se que más de uno, y más de una, porque aunque no lo creáis tengo mi encanto, me estaba echando de menos, y no esperaba menos, puesto que soy el filosofo más prometedor del país, y eso que soy un no muerto, o un no vivo, vete tu a saber, o como narices quieran llamarme, ya que las terminologías son abstracta, solo se necesita ver la realidad para entender las cosas, como sucede en mi caso, porque ahora mismo comprenderéis el motivo de mi ausencia por estos lares, y no es otra que la falta de alimento.
No es nada nuevo para mis lectores saber que obtener un bocado apetecible, o simplemente algo que llevarse a la boca no es nada sencillo contando con varios factores tales como la falta de cerebros de mis manjares, o el tener que enfrentarme continuamente por el poco alimento existente que queda con otros enemigos como los vampiros, pero no conforme con estos últimos ha surgido un nuevo personaje seguido por una cohorte de alimañas envenenadoras que quizás no me quita directamente la comida, sino que la absorve y la deja sin nutrientes, y no es otro que Mariano Recortijeras.
Para quien no lo conozca, este personaje ya existía antaño, quizás no con la misma dimensión que en nuestros días, sino que era un rara avis, que todo el mundo sabía que estaba pero nadie tomaba en cuenta. Era como el cuñado que todo tenemos pero al que nadie escucha, pero debido a la deformación cerebral que se viene produciendo, como vengo anunciando tiempo atrás, hubo mentes de gas, que le dieron relevancia, poder, y autoridad. No tardó mucho este personaje en mostrar su verdadera cara, ya que las tijeras que muchos pensaban que le hacían bonito en su estética, comenzó a atacar a la nutrición de mi comida, y es ahí donde me duele. Recortes tras recortes van axfiando a mis presas, haciendo que el oxigeno no pueda llegar a sus cerebros, y resulten insipidos.
Además su ejercito de alimañas aprovechan entonces para morder dejar a los humanos sequitos y con menos carnes que yo, donde además para colmo, como seres indignos que son, ofrecen el primer plato, a los vampiros, porque en definitiva son esta raza quienes controlan el cotarro alimenticio.
Aún así me queda la esperanza, de que este personaje no ha tenido en cuenta una cosa, y es que cuanto más recortes con sus enormes tijeras, más se agudiza el ingenio, el humano corriente tiene instinto de supervivencia, y aunque este abotargado las situaciones extremas lo hacen más fuerte y lleno de rabia, como yo cuando voy de cacería.
Lo que no sabe este Mariano Recortijeras, es que con su actitud esta creando un cultivo de cerebros, del que podré beneficiarme, y así no tener competencia alguna a la hora de comer...
...como diría un escritorzuelo que conozco: "Seguimos en la yesca"
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