Habrá grupos feminista que puedan echarse encima de mi por lo que voy a decir, pero personalmente pienso que para los escritores, de cualquier sexo, crear una novela es un embarazo, en el sentido más amplio de la palabra. Os lo explicaré:
Para comenzar cuando se empieza con una historia suele ser una cosa premeditada, en la mayoría de los casos, un libro suele ser un hijo deseo, aunque hay veces, que nace sin que queramos, de forma accidental, sin tener nada previsto, porque seamos realista, los creadores funcionamos sin profilacticos, dejamos verter la semilla de la imaginación y luego pasa lo que pasa.
Una vez aceptado el embarazo, pasas a gestarlo en tu mente, creando sus formas, las cualidades necesarias para que pueda vivir, funcionar de manera autonóma trasladando su contenido a la pantalla del ordenador como se hace en los últimos tiempos, o en un papel como se ha hecho toda la vida. Y consciente o sin meditarlo empezamos a planearle un futuro sobre como será, donde llegará, e incluso ideamos relaciones sociales para él, pensando que será el más conocido entre los suyos, a similitud como una madre, y como ellas no paramos de hablar con orgullo de nuestra obra sin parar, sino que se lo pregunte a mi pareja, que ya de por si tiene que aguantar mi verborrea, porque no para de hablar, y encima añadele el tema del libro. Muchas veces pienso que ella los termina conociendo mejor que yo, casi la convierto en el "padre del mismo".
Otra cosa similar a las embarazadas es que ya nuestro vastago literario puede ser feo, sin atractivo, o mal escrito, pero nosotros lo adoramos, por el simple hecho de ser fruto de nosotros mismos, porque en cada obra ponemos una parte de nuestro ser, aunque a diferencia de las madres, nosotros si solemos tener favoritos más claros...
Y por fin el momento del parto, cuando se da a conocer, ya se por nuestros propios medios a través de amazon, un blog, o cualquier medio, o través de una editorial, en ese momento nos sentimos ansiosos, con miedo, porque ese será nuestro legado.
Espero que nadie se moleste por esta comparación metafórica sobre el embarazo porque si tengo clara una cosa, aparte de desear tener una pequeñuela, es que los escritores jamás podrán hacer lo que hacen las madres, y no es otra cosa que parir a los escritores que gestan esas obras.
Si has llegado hasta aquí gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario