SEGUNDA ENTRADA
...Si días atrás me embargaba una extraña sensación desde el encuentro con la anciana de la carretera, lejos de amainar, la intranquilidad continua, y lo que es peor creciendo...Y es que hay momentos en la vida que es mejor tan siquiera apoyar un pie en el suelo, como siempre recordé que dijo un tal Murphy, muy conocido por sus leyes, ahora más reales que nunca para mi, si algo puede salir mal, saldrá, y puedo constatarlo. Les explicaré:
A comienzos de semana un error en el cierre de cuentas al finalizar el horario de la oficina donde trabajo, no solo trajo consigo una reprimenda por parte del director del banco, un señor de unos cincuentas años, en apariencia un hombre tradicional atado a las tradiciones, pero en cuánto puede se escapa a un pub de carreteras a desatar sus deseos más lujuriosos con jovenes prostitutas del Este de Europa. Ya se que me desviado totalmente del tema, pero ese engendro al que debo de considerar persona, desata mi rabia. Pues como iba diciendo, el rapapolvo no fue el tradicional: “Debería de centrarse usted más señor Choquet, las cuentas de esta entidad siempre deben ser perfectas”. En esta ocasión el muy desgraciado me dice: “No se confié lo andamos vigilando, su puesto de trabajo pende de un hilo”.
Muchos podrán decirme que en las circunstancias de crisis que vivimos puede resultar de lo más normal que los jefes utilicen todos los medios de coacción a su favor para lograr sus metas económicas, le sean válidas, pero lo más curioso del tema, es que estoy totalmente seguro que esa descompensación negativa en la caja no fue culpa mía, sino de una compañera super estúpida que se que me odia y que me miró de manera socarrona, mientras el director me amonestaba verbalmente. Además esas palabras de “Te estamos vigilando...” me dio la impresión de que no solo se reducía al entorno laboral, pero en fin.
No solo desilusionado con ese tema, para colmo me siento desplazado por mis amigos. No son muchas mis amistades, en esto entorno solo a las personas que son de mi confianza, pues jamás englobaré en este circulo a gente con las que me limito a salir de marcha por ahí. Siempre he sido sumamente desconfiado y tan solo he revelado mi verdadero ser a varias personas.
De un tiempo para acá, no recibo llamada de ellos, aunque siendo sincero, tampoco yo he sido mucho de telefonear, pero el otro día que me puse en contacto con uno de ellos, más exactamente mi amigo Bernardo, se me mostró sumamente cortante, algo extraño en él, porque siempre ha sido una persona afable y bonachona, nada reconrosa por cierto. Aunque si por algo me sentí conmovido fue por su lapidaria frase: “No es por nada Victor, pero te pediría por favor que no me volvieses a llamar”. No me dio opción a replicarle, pues colgó.
Desconcertado por su comentario desee buscar una explicación a tal comentario por lo que no dude en ponerme en contacto con su pareja, Tatiana, una joven a la que siempre he considerado también mi amiga, y de la que esperaba que me aclarase algo, pero lo único que logré fue un mayor impacto, pues sin apenas darme explicaciones me dijo: “Sus motivos tendrán, aunque si realmente nos aprecia, lo mejor que podrías hacer ahora es no hablarnos por un tiempo”.
No se hacia donde se encamina mi vida, pero cada día tiene visos de que esto va a peor, y lejos de mejorar la situación va hacia un profundo tunel oscuro. De momento dejaré de escribir, porque justamente ahora me está llamando mi novia, espero al menos que con ella la cosa vaya bien...
Algo me dice que bien, lo que se dice bien, no le va a ir con la novia. Intrigada me tienes con esta historia. Abrazos.
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