Un retrato crepuscular del Imperio español a través de la enfermedad final de Felipe II
El narrador es un joven mozo de retrete que asiste al monarca en su interminable agonía, y palpa de primera mano las vergüenzas y el pudor de uno de los personajes más influyentes y universales de nuestra historia.
Antonio Enrique traza una imponente alegoría escatológica de la condición humana, del poder y de un momento histórico donde, siendo el reino español el más poderoso del mundo, también llegó a ser el más indigente y desdichado.
Sevilla, 20 de marzo de 2012.- Rey tinieblaes el título de la nueva novela, del escritor y poeta granadino Antonio Enrique, que acaba de publicar la editorial Almuzara. En esta obra el autor aborda el género histórico desde una perspectiva distinta y renovada a la que convencionalmente acostumbra la novela histórica actual.
Felipe II, el Escorial y el Jardín de la Delicias de El Bosco constituyen los tres hitos históricos fundamentales que se dan la mano en este argumento visionario y poderosamente ambientado. Y lo hacen a través de un narrador excepcional; un joven mozo de retrete que asiste al monarca en su interminable agonía, y palpa de primera mano las vergüenzas y el pudor de uno de los personajes más influyentes y universales de nuestra historia. El escritor nos traza una imponente alegoría escatológica de la condición humana, del poder y de un momento histórico donde, siendo el reino español el más poderoso del mundo, también llegó a ser el más indigente y desdichado.
Según comenta su autor, en Rey Tiniebla hay un contraste brutal entre el monarca y su mozo de retrete; y pueden resultar incluso humorísticas las consecuencias de este fenomenal colapso entre ambos, aunque, inesperadamente, predomine entre ellos la ternura. “Es, por otra parte, y en consecuencia del protagonismo del monarca, una reflexión sobre el Poder-añade Antonio Enrique-. No el Poder a secas, sino tal como lo hemos concebido los españoles, causa de muchos de nuestros males hoy. Y es, también, por ello, una alegoría de nuestro estado presente: excremental”.
Con esta obra Antonio Enrique aborda el género histórico desde una perspectiva distinta a la de la novela histórica al uso, ya que el elemento visionario está por encima de lo puramente cronológico; la riqueza del lenguaje y la construcción lingüística están al servicio de la creación de atmósfera de la época; y lo verídico de la historia no se sacrifica por lo convencionalmente ideológico. Así, parece emparentarse a obras como La muerte de Virgilio de Hermann Broch o con El caballero de Sajonia de Juan Benet.
Según su autor, Rey Tiniebla “no es una novela histórica, sino una novela que transcurre en tiempos pasados. Y si lo fuera, novela histórica, ha de decirse que la concibo como una invención sobre la base de la historia, de ninguna manera como crónica novelada, en la cual la historia se degrada y la literatura queda subordinada al hecho histórico”.
Antonio Enrique (Granada, 1953), de la Academia de Buenas Letras de Granada, cultiva la poesía, narrativa, ensayo y crítica literaria. Como poeta, ha publicado dieciocho libros: Poema de la Alhambra (1974), Retablo de luna (1980), La blanca emoción (1980), La ciudad de las cúpulas (1980), Los cuerpos gloriosos (1982), Las lóbregas alturas (1984), Órphica(1984), El galeón atormentado (1990), Reino Maya (1990), La Quibla (1991), Beth Haim (1995), El sol de las ánimas (1995),Santo Sepulcro (1998), El reloj del infierno (1999), Huerta del cielo (2000), Silver shadow (2004), Viendo caer la tarde(2005) y Crisálida sagrada (2009).
La Armónica Montaña (Akal, 1986), Kalaát Horra (Comares, 1999), La luz de la sangre ( Quadrivium, 2008), El discípulo amado (Seix Barral, 2000), Santuario del odio (Roca, 2006), La espada de Miramamolín (Roca, 2009) y El hombre de tierra (Padaya, 2009) constituyen sus novelas, siendo autor asimismo de Cuentos del río de la vida(1991 y 2002).
Su labor crítica está contenida en unos cuatrocientos comentarios, en revistas y prensa. Como ensayista, cuenta con los libros Tratado de la Alhambra hermética (1988, 1991, 2005; edición inglesa, 2007)), Canon heterodoxo (2003, nueva edición en Berenice, 2012), Los suavísimos desiertos (2005), El laúd de los pacíficos (2008), Erótica celeste (2008) y Las cavernas del sentido (2009). Reside en Guadix donde desempeña tareas docentes y está al cuidado del aula Abentofail de poesía y pensamiento.
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