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domingo, 25 de marzo de 2012

Diario de una Inquietud (cuatrigésimo quinta entrada)

CUATRIGESIMA QUINTA ENTRADA
 Quizás a base de mucho indagar en diferentes páginas web, leer revistas especializadas en informática e internet he logrado darme cuenta de una habilidad que no sabía poseía, y no era otra que mi capacidad para moverme con relativa facilidad en el mundo de los ordenadores. Tampoco estoy diciendo que me haya convertido en un hacker pero puedo decir que se moverme con una mínima soltura por la red de redes, soltura suficiente como para identificar el enclave de la IP de un correos electrónico.
Lo que mi habilidad tal vez no dedujo es que la mayoría de las IP existentes son dinámicas, es decir el sistema númerico que identifica al ordenador va variando cada cierto tiempo, sin añadir que aquella persona que me había enviado el mensaje estaba usando varios servidores a la vez que hacían casi imposible la pista, hecho que me hizo desistir de continuar indagando acerca del remitente de la nota.
No voy a continuar por estos derroteros hablando que no me conduce a ningún lado, por lo que voy a comentaros la idea que tengo entre manos, un proyecto literario de un calibre, que no es otro que vender este cuaderno, previamente pasado a limpio gracias al ordenador, a una editorial, ya que pienso que está novela es la más convincente, creible, con los personajes reales más reales, de los que jamás he escrito  para una obra de ficción. El mayor argumento para que sea creible es lo que es real, yo lo he vivido, lo he sentido, y sobre todo padecido.
Tengo hasta el nombre en caso de ser aceptada, y no es otro que Diario de una Inquietud, justamente el sentimiento que me ha embargado desde que escribí las primeras lineas. Pero ahora que lo pienso me surge un problema, que no es otro, que la historia no tiene final. No se si me sabré explicar, pero para cualquier lector llegado a este punto la historia quedaría como incompleta al no saber cuál es el final. Podría escribirlo aunque lo más probable es que quedase anodino sin sentido, fuera aparte de que a mi no me convencería sabiendo que os miento. Quizás tenga demasiado sentido de la honestidad. Nadie excepto aquel que me atormenta podría darme ese final...
...Nuevo mensaje en mi teléfono móvil, quizás llegado a este punto penséis que ya comienzo a invertarme la historia, pero os lo transcribo aquí y cada cual piense lo que quiera:
“Sigue así, vas por el buen camino 666”

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