Muy posiblemente ese Diablo, tal como lo llamó desde ese mensaje que me envió al móvil haciendo referencia al número de Satanás, sabe cual es mi punto débil que no es otro que mi pequeña Jimena, una niña fuerte y sana, que cada vez se parece más a su madre en la finura de sus rasgos, por lo que no duda en atemorizarme así. El problema es que no se que desea de mi, pese a que más de una vez le he dado a responder el correos electrónico pidiendo una explicación a tales envíos.
Lo curioso que a la vez que llegan los mensajes, la publicidad que aparece en un lateral de la página web es siempre la misma, “De Madrid al Cielo. Conócenos” apoyada en varias fotos de la capital de mi país, donde además de los lugares clásicos como la Puerta del Sol, el Prado, aparece la escultura del Ángel Caído del Parque del Retiro, la única escultura por lo que he podido averiguar dedicada a Lucifer en el mundo. ¡¡Ya lo que me falta es tener que vender mi alma para no ver sufrir a los míos!
Voy a desconectar un poco tras almorzar leyendo un rato, ¿os podréis imaginar que libro? Pues si, es Diario de una Inquietud, me lo ha regalado Marian alegando que ha leido por los periodicos que es todo un éxito con muy buena crítica. Le daremos una oportunidad para ver si así no pienso en el peligro que siento acecharme.
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